"Obvio que no había celulares y yo tenía que llamar a casa, así que llamé desde un teléfono público al teléfono de línea. Y me esposa me dijo `Tenés que ir urgente a la embajada de Noruega, que te están esperando, porque tienen que hablar con vos ya`", relató, en declaraciones a periodísticas.
Reseñó entonces que, así como estaba vestido, se fue a la sede diplomática escandinava –por entonces en Esmeralda 909-, donde lo esperaban las autoridades.
"El embajador me hizo pasar a un hall de entrada y miraba muy insistentemente el reloj de la pared. Yo le pedía que me dijeran por qué me habían convocado. Veía que habría un acto y quería saber de qué se trataba", relató.
El embajador Odd Gerhard Jakobsen insistió en que debía esperar un rato, porque el anuncio ocurriría a las 17 de Oslo, que eran las 12 en Argentina.
A través de una transmisión de escasa calidad técnica, Pérez Esquivel escuchó entonces de boca del titular del Comité noruego del Nobel, John Sannes, que era el nuevo Premio Nobel de la Paz.
En ese encuentro, Pérez Esquivel dijo ese mediodía algo muy parecido a lo que diría en diciembre en Oslo, cuando recibió la distinción: que no lo consideraba un premio personal, sino de "todos los que luchan" y que lo aceptaba "en nombre de los pueblos de América Latina".
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