Felipe Michlig, presidente provisional del Senado y máxima autoridad radical de la provincia, no pudo ocultar su emoción al ver la Ley de Necesidad de Reforma Constitucional aprobada por la Cámara Alta. Con 14 votos a favor y 3 en contra, el Senado cerró un capítulo que llevaba años en la agenda política. Michlig, conmovido hasta las lágrimas, expresó con voz quebrada: “Ojalá los que amamos la política podamos tener la constitución que merecemos”.
Este resultado se cocinó a fuego lento. Unidos para Cambiar Santa Fe celebró una victoria crucial, y lo hizo en el día del cumpleaños número 50 del gobernador Maximiliano Pullaro. La ley aprobada abre la puerta a una convención reformadora que debatirá la modificación de 42 artículos de la actual Constitución provincial, sumando más de 15 nuevos temas. Después de tres décadas, la ciudad de Santa Fe será nuevamente sede de una constituyente.
Desde la victoria de Pullaro en 2023, con más de un millón de votos, comenzó a circular la idea de reformar la Carta Magna. La intención de habilitar la reelección fue uno de los puntos más controvertidos, y aunque generó obstáculos en intentos previos de reforma, Unidos para Cambiar Santa Fe se empeñó en encontrar un consenso político más amplio. Las negociaciones fueron largas y complejas, con figuras clave del oficialismo trabajando para superar la polarización y garantizar el apoyo necesario.
El proceso fue descrito por varios como un "trabajo de hormiga". En los últimos días de las sesiones ordinarias, parecía que no habría avances significativos. De hecho, se dio por cerrado el período sin tratarse la ley de necesidad. En esos días, un líder opositor comparaba la situación con un partido de fútbol: “Estamos en el último minuto, con un penal a favor”, dijo, pero el gol nunca llegó y las discusiones pasaron al tiempo suplementario.
Con la llegada del período extraordinario, Pullaro, en contra de lo que había afirmado en diversas ocasiones, permitió la discusión de la ley. Luego de varias rondas de diálogo con distintos sectores, la iniciativa recibió media sanción en la Cámara de Diputados, en una sesión maratónica, contando con el apoyo crucial de varios bloques opositores. "Esto es algo histórico, no se discutió solo en tres días. Desde 1983 es un debate pendiente", afirmó un miembro del oficialismo tras la aprobación.
Un Acuerdo Crucial
El respaldo de Omar Perotti, el ex gobernador y líder del uno de los bloques justicialistas, fue esencial para que la reforma avanzara. Su apoyo se convirtió en un secreto a voces antes de la votación. “Valoramos que dos dirigentes se pongan de acuerdo por el bien de esta provincia”, expresó un senador aliado del oficialismo, destacando el esfuerzo de Perotti, aunque no todos compartieron la misma opinión dentro del Partido Justicialista (PJ) de Santa Fe.
El PJ emitió dos comunicados cruciales durante el proceso. El primero instaba a sus legisladores a no votar el proyecto durante las sesiones ordinarias, argumentando que necesitaban más tiempo para discutirlo. El segundo mandato pidió lo mismo durante las sesiones extraordinarias. Las reuniones del partido se tornaron intensas, con gritos y discusiones acaloradas. De un lado, aquellos que pedían votar en contra, y del otro, los que defendían la libertad de acción.
“Nuestro partido es una herramienta, pero el peronismo es un movimiento. Durante años el PJ no hizo ningún comunicado para expresarse en debates importantes”, defendieron los seguidores de Perotti, dejando clara su postura frente a las decisiones del partido.
El granatismo dividido
Mientras tanto, Amalia Granata, una de las voces más críticas del Gobierno provincial, no estuvo presente en la votación. La diputada, que intentó encabezar la oposición más fuerte a Pullaro, siguió la sesión desde Europa, tras su encuentro con el Papa Francisco en Italia. No obstante, no dejó de criticar en sus redes sociales, acusando a autoridades del Ejecutivo y a legisladores de Unidos de "comprar dos votos" de su espacio. “Ella no vive en Santa Fe y quiere darnos clases de moral”, respondieron algunos legisladores oficialistas, bajo la posibilidad de que esta disputa se intensifique, incluso en el ámbito penal.
Por otro lado, los diputados Omar Paredes y Edgardo Porfiri también fueron piezas clave para la aprobación de la ley. Sin embargo, desde el granatismo pidieron la expulsión de ambos del bloque. “No nos dan cabida”, señalaron los disidentes, y no descartan formar un bloque conjunto próximamente.
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